Dos sentencias más contra el Ejército:
Cuando Valentina Rosendo Cantú tuvo conocimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorIDH) emitidas contra el Estado Mexicano, por las violaciones sexuales de las que fueron víctimas tanto ella como Inés Fernández Ortega, exclamó: “hasta que sentí correr la sangre por mi cuerpo. Ahora sí puedo decir que vivo, porque mi palabra fue escuchada en la Corte. Solo quiero que los guachos me dejen en paz y que el gobierno cumpla”.